Tras el paro camionero, el aumento del ACPM y el pago de los fletes evidencian tensiones en la forma en cómo funciona el transporte de carga colombiano.
Luego del caos, bloqueos y tensiones generadas por el paro camionero de hace dos semanas, ahora se ciernen ciertas calmas sobre las aguas, que ya se muestran un poco más claras y dejan ver cuellos de botella del sector transportador colombiano, uno de esos es la estructura de los fletes, lo que pagan por mover una mercancía.
Para eso, en el país existe el famoso Sistema de Costos Eficientes del Transporte de Carga por Carretera, conocido como Sicetac, que es una herramienta por la cual se fijan los costos de un viaje de carga en una ruta que va de un punto origen a uno de destino. Y para cada trayecto, el Gobierno nacional lo definió como un costo mínimo a pagar.
Aunque la mayoría de los sectores económicos están de acuerdo con que se suba el precio del ACPM para aliviar en parte la presión fiscal sobre las finanzas del Estado, también coinciden en que esta medida tendrá un impacto directo en los precios de los fletes y los tiquetes de transporte terrestre. Esto, a su vez, se traducirá en un aumento en los costos de estos productos y servicios.
Cabe recordar que el incremento propuesto por el Gobierno, de $6.000, representa aproximadamente un 60% sobre el precio actual, y este gasto representa cerca del 40% de los costos en el sector transportador.
Entonces, de la lista de acuerdos y peticiones, por ahora, solo se conocen avances en no subir el Acpm hasta que se logre una fórmula que favorezca las finanzas del Estado y el flujo de caja de los transportadores y sus empresas. Lo que sería un incremento de $1.900 quedó reducido a $800 este año, diferido en dos alzas de $400. El otro avance se da en el frente laboral, con el que el Ministerio del Trabajo ya escribió un borrador para incluir un artículo que favorezca las condiciones de empleo en la reforma, una forma de reducir la informalidad y la tercerización.
Tomado de: El colombiano