La Federación Nacional de Cafeteros atraviesa un momento crítico por cuenta de la caída del precio de carga del grano, las persistentes tensiones entre el Gobierno Petro y el gremio por el Fondo Nacional del Café, los bajos volúmenes de exportaciones, ‘el dolor de cabeza’ por menor rentabilidad en el cultivo y el escándalo de entrada de café robusta al país.
Una taza de café bien cargada, amarga y fuerte se toma la Federación Nacional de Cafeteros por cuenta de la caída del precio de carga del grano, las persistentes tensiones entre el Gobierno Petro y el gremio por el Fondo Nacional del Café, los bajos volúmenes de exportaciones, ‘el dolor de cabeza’ por menor rentabilidad en el cultivo y el escándalo de entrada de café robusta al país.
Los primeros sorbos los han dado los comités departamentales de las regiones cafeteras de Colombia, con apoyo de los comités municipales, quienes firmaron cartas para respaldar al gerente general de la Federacafé, Germán Bahamón Jaramillo, quien ha tenido que cargar bultos de café para soportar las diferencias con el presidente Gustavo Petro y ciertas divisiones internas del gremio.
En el plano local, a través de una carta dirigida a la Secretaría General de la Federación Nacional de Cafeteros, firmada por los presidentes de los 34 comités municipales de cafeteros de Santander y el presidente del Comité Departamental, las bases cafeteras de la región respaldaron el proceso de elección del gerente Bahamón.
“Los 408 representantes de los 34 Comités Municipales, donde hacen parte directamente 57 municipios de los 74 que producen café en el departamento, después de ser enterados a cabalidad del proceso de elección y de su transparencia, decidieron respaldar la elección y apoyar la gestión del nuevo gerente de la Federación, a través de la firma de cada uno de los presidentes de estos comités”, se lee en la misiva.
Hay que recordar que el gremio cafetero viene de relaciones tensas con el Gobierno Petro por la elección del gerente general de la Federación hace un par de meses.
Como sucedió, Germán Bahamón Jaramillo, de 48 años, fue elegido por unanimidad como nuevo gerente del gremio el pasado 27 de abril del 2023. Esto, en el seno de la reunión extraordinaria del Congreso Nacional de Cafeteros, máxima autoridad e instancia de deliberación gremial.
En este proceso, que duró cerca de dos meses y en el que se le buscó reemplazo a Roberto Vélez Vallejo, que renunció en diciembre de 2022 al aducir diferencias con el presidente Petro, también estuvieron como candidatos finales Sandra Morelli Rico y Santiago Pardo Salguero.
No obstante, la elección desató el descontento del mandatario nacional, quien por medio de Twitter (ahora X) solicitó a la Federacafé aplazar la elección del nuevo líder gremial hasta que el nuevo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, pudiera hacer parte de la decisión.
Pese a lo solicitado, el gremio escogió a Bahamón Jaramillo, un empresario del Huila, el mayor departamento productor de café de Colombia.
Además de estas relaciones tensas, fuentes del gremio contaron que el nuevo gerente recibió un gremio que ya estaba divido y con irregularidades internas. Por ejemplo, la situación en Almacafé fue a mediados de 2022 o los reparos al manejo del Fondo Nacional del Café porque, en algunos casos, reducían o desestabilizaban los ingresos de los caficultores.
Lea también: Panamá enfrenta en este momento su peor crisis migratoria por el cruce de migrantes por la selva del Darién
El representante de Santander ante el Comité Directivo y Nacional de la Federación, Héctor Santos Galvis, fue enfático al recordar que el apoyo a Bahamón fue unánime alrededor de su hoja de vida, y así se reflejó en el Congreso Extraordinario Cafetero, cuando los 15 comités departamentales lo ratificaron como gerente general.
“Con la elección de Bahamón, el presidente Petro se siente un poco frustrado o engañado porque sus representantes del Gobierno ante la junta del Comité Nacional, que eran los ministros de Hacienda, Agricultura, Comercio y Planeación Nacional, encargados de elaborar la terna, no hicieron lo que él quería”, recordó Santos Galvis.
Sobre esto, Aurelio Suárez, columnista y analista económico y político de actividades cafeteras y agropecuarias, afirmó que el presidente Petro no ha entendido el funcionamiento de la Federación, ni el papel del Gobierno dentro de esta. “Él no puede negar que sus cuatro ministros escogieron la terna y seleccionaron al nuevo gerente, incluso lo aplaudieron. Por lo tanto, Petro no tiene las condiciones políticas para agarrarse con Bahamón”.
Por su parte, el dirigente gremial sentenció que departamentos cafeteros Huila, Risaralda, Nariño y Cauca han enviado cartas de apoyo, como Santander, en donde sus cafeteros se sienten representados por el gerente de la Federacafé. “Bahamón tiene el compromiso de sacar adelante la institucionalidad del gremio”.
El representante cafetero precisó que son las bases cafeteras de los comités municipales los asientos del gremio porque son el elector primario cafetero, elegido por voto popular. “Ese apoyo, entonces, es para que el gerente se fortalezca y empodere para solucionar las necesidades de la caficultura colombiana conformada por 540 mil familias cafeteras”.
El analista Suárez afirma que la coyuntura que atraviesa el sector es la peor crisis cafetera de la historia en el país.
“Tiene todos los componentes de las anteriores crisis: caída del precio en la cotización internacionales, tendencia a la baja del dólar y el volumen de producción va de capa caída. Todo esto va acompañado de nuevos hechos”.
¿Cuáles son esos nuevos ingredientes de la crisis? El experto cafetero explicó que una nueva llave es el alza de las importaciones, “eso no pasaba antes, con la producción nacional se atendía el mercado interno y se exportaba el saldo a favor”. Ahora se exportada todo y lo interno se satisface con importaciones.
“Esa balanza comercial va en detrimento para el ingreso de los cafeteros. Eso viene progresivo, se empezó con medio millón y el año pasado fueron 2,5 millones sacos importados, es decir, 7 millones en los últimos años. Y a mayo de este año ya van 666 mil sacos de café importados y cerramos julio en promedio con 750 mil”, calculó Suárez.
Según su concepto, la importación de cafés robustas de Brasil, en especial la canéfora, es para atender gran parte del mercado interno colombiano, que consume al año en promedio 2,5 millones de sacos. “Ese saldo se mezcla con productos locales para ganar un plus en mercado internacionales”.
Precisó que ante los inconvenientes de calidad, los compradores en Estados Unidos vieron el hecho y bajaron la prima de calidad, que hace cuatro meses estaba en 50 centavos de dólar y hoy se ubica en 15 centavos de dólar. “No están vendiendo un café puro”.
Suárez criticó la forma en cómo se está dando el consumo interno de café, porque lo que se cultiva en el país se exporta, “y los colombianos no lo consumimos, lo que nosotros estamos tomando no se cultiva en Colombia. Esto hace que no mejore la balanza comercial, sino más bien que la afecta”.
Calculó que esas importaciones del grano por 400 millones de dólares van en detrimento de cultivadores y consumidores. “Son más o menos $300 mil en pérdidas por carga, y en promedio hasta diciembre serán 3 millones de cargas de café. Entonces, las pérdidas estaría entre $900 mil millones y $1 billón”.
Por su parte, el dirigente gremial de Santander consideró que más que una crisis cafetera, lo que vive hoy el sector es un momento coyuntural, conforme a la crisis económica mundial, tras la pandemia que llevó a que las economías del planeta se alteraran.
“Brasil se está recuperando luego de que su caficultura vivió unas heladas fuertes y un verano prolongado, que trajo una reducción de la producción. Lo anterior más la cuarentena y cierres por la pandemia hicieron que los costos del café en el mundo subieran, es decir, se distorsionó la balance comercial. También hay que agregar la revaluación del dólar y la depreciación del peso colombiano, con una TRM de hasta $5.000, pero ahora está en $4.100”, dijo Santos Galvis.
El dirigente gremial estimó que el consumo también influyó, tras los encierros en casa por la pandemia. “Hoy en día, en Estados Unidos se ha reducido la demanda de café de buena calidad, eso ha llevado, por una parte, a la baja el precio del café colombiano”.
A renglón seguido, el representante de Santander dio tres razones del porqué el diferencial de precio ha bajado: primero, han caído todos los diferenciales de precio de cafés de origen similar al colombiano (de buena calidad), hace dos años alcanzó el pico de 80 centavos de dólar, hoy bordea los 20 centavos de dólares. Segundo, también se contrajo la demanda de esos cafés por la pandemia. Tercero, la cotización en la bolsa ha bajado igualmente.
“Estas condiciones han hecho que precio interno haya caída por debajo de $1.370.000, lo que se traduce en problemas en los costos de producción, que se agudizó con la guerra de Rusia y Ucrania, al dispararse los costos de los fertilizantes hasta 200 %. Un bulto pasó de $85 mil a $270 mil”, explicó Santos Galvis.
Insistió en que el problema es coyuntural por el momento cíclico de la economía en la agricultura de Colombia, que tuvo dos años de buenos precios y tres años de precios regulares o bajos. “Entonces aún hoy es muy incierto cualquier concepto que uno pueda emitir de cuánto va a durar o no, teniendo en cuenta los efectos del cambio climático que son ahora más agresivos e impredecibles”.
En una entrevista reciente con Vanguardia, el gerente general de la Federacafé, Germán Bahamón, expresó su preocupación por el precio de la carga de café en Colombia, que de abril hasta la fecha ha caído en 33 %. Además, influyó el comportamiento de la tasa de cambio, que en estos meses, ha visto una apreciación del peso colombiano.
“Esto definitivamente nos pone hoy en unas condiciones que nos preocupan muchísimo porque somos el primer renglón agrícola del país. De esta manera, el renglón cafetero tiene en este momento un problema de rentabilidad”, advirtió Bahamón.
Y cuando habló de rentabilidad se refirió a cómo en este momento se afecta el precio de la cotización en la Bolsa de Nueva York, que ha puesto la carga del café alrededor de $1’300.000. Este valor está por debajo del costo de producción.
“Recordemos que el café es un producto cíclico y si sembró hace dos años un árbol de café, ahora empieza a tener su primera carga. Entonces los costos que se tuvieron por insumos altos, mano de obra de recolección no compensan ahora con un precio bajo. Eso genera una presión de rentabilidad”, explicó el gerente de la Federación.
Santos Galvis reconoció que, en medio de esta coyuntura, hay un hecho que al interior de la Federación que sacudió las bases del gremio, se trata de la entrada de café robusta de Brasil a Almacafé. Esto hizo que su gerente saliera y al igual que otros directivos de Caldas y el Huila.
Tomado de: Vanguardia