El Gobierno Nacional ha venido consolidando en los últimos años diferentes instrumentos de promoción al comercio exterior en Colombia como herramientas para atraer la inversión e impactar en temas de competitividad de los sectores.
En respuesta a estas estrategias las Zonas Francas se afianzan hacia alcances de promoción de las exportaciones en nuestro país, pero su función no solo se limita a este objetivo ya que con los nuevos retos que han aparecido a nivel global ha sido necesario que este sector evolucione y esté a la vanguardia de las nuevas tendencias, como el comercio electrónico que con la pandemia se convirtió en una herramienta muy útil para que las empresas pudieran continuar con sus operaciones, ante esto se están haciendo actualizaciones a la legislación a través del Decreto 278 del 15 de marzo del 2021, para que se pueda tener la posibilidad de adoptar diferentes modalidades de exportación e importación y aprovechar mucho más este instrumento y que nuestro país sea más competitivo.
Otro aspecto por considerar es la aparición y desarrollo de nuevos sectores económicos, como es el caso de los servicios en el tema de turismo, salud y tecnologías de la información, de los cuales las Zonas Francas se convierten en un gran aliado y alternativa para contribuir al impulso y desarrollo de estos porque el perfil que se busca con la actualización de la normativa es que estén a la par de las industrias 4.0, además con la simplificación de los requisitos para su implementación que se puedan trabajar proyectos más ambiciosos destinados a la sofisticación y repotenciación de la producción nacional con miras a ser partícipes de las cadenas de valor a nivel local, regional e internacional. También, la iniciativa que se está adelantando a través del Programa Global de Parques Eco-industriales promovido por la Organización de las Naciones para el Desarrollo Industrial (ONUDI) que busca mejorar la productividad y desempeño de este tipo de instalaciones, en Colombia se harán las pruebas piloto en tres zonas francas: Parque Industrial Malambo PIMSA en Atlántico, Zona Franca del Cauca en Cauca y Zona Franca de Occidente en Cundinamarca para fortalecer sus capacidades y sostenibilidad.
Por último, debido a la nueva “normalidad” que se estableció después de la pandemia las formas de trabajo se han diversificado imponiendo un reto para las Zonas Francas en adaptar la forma de realizar sus operaciones y ajustar sus procesos para estar a la altura de estos desafíos.
Y con la modificación del régimen de Zonas Francas a través del Decreto 278 del 15 de marzo del 2021 se busca responder a estas tendencias globales y otras más con el fin de beneficiar el entorno empresarial y activar la dinámica económica que tanto necesita el escenario actual. Se debe tener en cuenta que esta modificación no solo se limita a la actualización de la normativa, sino que también flexibiliza algunas condiciones frente a sectores como servicios, economía 4.0, agro, comercio electrónico, entre otros; se considera un gran avance que puede permitir al país convertirse en una alternativa para atraer inversión extranjera, generar empleo, poder consolidar el impacto económico regional y fortalecer prácticas como reshoring o nearshoring.
De esta manera las Zonas Francas en Colombia son un complemento más para el desarrollo empresarial al consolidarse como una estrategia hacia la eficiencia de los recursos frente a temas de costos, operación y logística que logran impactar en la productividad de las empresas y en el desarrollo de ventajas competitivas para el mercado nacional e internacional.
Fuente: Legiscomex