En un año de retos y desafíos para el comercio exterior en Colombia, uno de los sectores de mayor auge y potencial para diversificar la canasta exportadora es el sector agroindustrial que consolidó una participación del 21,1 % en las ventas externas del país en el primer semestre de 2023.
Esta, si bien es una cifra notable, aún tiene potencial para crecer con el mejoramiento de puntos clave y el aprovechamiento de zonas francas como sitios estratégicos para su crecimiento, más teniendo en cuenta que las exportaciones colombianas no son todavía lo suficientemente diversas y robustas en términos de valor agregado.
Hoy el sector agroindustrial de Colombia tiene retos en términos tecnología, modernización, financiamiento, sostenibilidad y hasta regulaciones que hacen que su potencial hacia el exterior no se esté aprovechando de la manera adecuada.
Ante este panorama, la Zona Franca de Bogotá (ZFB) ha realizado una caracterización de estos espacios para entender cómo pueden apoyar y desempeñar un papel importante para superar los desafíos de comercio exterior en el agro.
Las falencias en los métodos y tecnologías para la producción agroindustrial se están convirtiendo en una limitante para la exportación en el comercio exterior del agro. En este sentido, los incentivos fiscales y aduaneros de las zonas francas permiten reducir de manera significativa los costos de inversión en materia de tecnología y modernización.
Muestra de ello es la inversión extranjera directa que se ha consolidado con estos beneficios tributarios y que ha permitido destinar recursos en áreas claves como tecnología y equipos de última generación.
Pero la modernización de las actividades del agro -además de fuentes externas- debe estar cimentada también de un acceso al financiamiento local. Y es que actores como la Zona Franca de Bogotá afirman que, en varios de los proyectos que estructuran, se observan dificultades para poder acceder al crédito y en consecuencia se limitan estos proyectos que requieren un capital significativo.
La infraestructura tampoco es un tema menor para el desarrollo del sector agroindustrial en el país y su consecuente consolidación en los espacios internacionales. Las deficiencias en vías y carreteras suelen ser otro obstáculo que enfrentan las compañías del sector agro, muchas de las cuales se ubican en zonas alejadas de las ciudades.
Es por esto que al instalarse en una zona franca se genera un desarrollo socioeconómico y de infraestructura para la región y para el sector industrial limitado en la parte logística, esencial en las labores de exportación.
Un ejemplo son proyectos que se han instalado en diferentes regiones del país, desde La Guajira hasta Nariño. Destacan algunos desarrollos en cultivos como palma de aceite, procesamiento de frutas o elaboración de biocombustibles en lugares permeados anteriormente por el conflicto armado.
Actualmente, en Colombia existen 15 Zonas Francas Permanentes Especiales (ZFPE) en las cuales se han generado más de $2 billones en inversiones y se generan más de 19.000 empleos entre directos e indirectos, por lo que su impacto socioeconómico y de desarrollo regional para este sector es más que significativo.
La respuesta a los desafíos que limitan la exportación en el sector agroindustrial del país debe darse desde varios frentes, entre los cuales uno de los más relevantes debe ser la respuesta estatal.
En este sentido, la agenda de Gobierno para el comercio exterior de país debería incluir políticas y regulaciones que fomenten la inversión, promuevan la competitividad, la sostenibilidad y garanticen la seguridad alimentaria.
Es función del Ejecutivo mejorar de la infraestructura y la cadena logística desde el productor hasta el puerto con el objetivo de lograr una eficiente distribución y exportación para el sector agroindustrial y brindar las garantías de seguridad necesarias en ese camino; así como fomentar políticas de mayor acceso al financiamiento y al crédito para compañías de asociadas a este renglón de la economía.
Tomado de: Valora Analitik