El exministro José Antonio Ocampo explicó que esto permitiría reactivar la actividad productiva y mitigar los efectos de la desaceleración.
Al cierre del segundo trimestre del 2023, algunos indicadores económicos, como el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), la producción industrial, las ventas del comercio minorista y el PIB, registraron una contracción.
Todo lo anterior, evidencia que el ritmo que está adoptando la dinámica económica comienza a estar marcado por la desaceleración.
Ante este panorama, según explicó el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, en un análisis publicado en el diario EL TIEMPO, existen tres elementos a tener en cuenta para reactivar el rumbo de la economía y mitigar los efectos de ese estancamiento: la reducción de las tasas de interés, una aceleración de la ejecución presupuestal del Gobierno y una política más ambiciosa de promoción de las exportaciones no tradicionales.
Ocampo también destacó que, en contraste con el comportamiento que está registrando la actividad económica, los indicadores de inflación se están reduciendo, aunque a un ritmo más lento de lo esperado. Esto debido a problemas relacionados más que nada con la oferta y no tanto con la demanda, puesto que la política monetaria ya logró frenar a esta última.
«La razón por la cual la contracción de la demanda no se ha reflejado en una baja más rápida de la inflación es porque hay factores de oferta que actúan en el sentido contrario, especialmente la decisión correcta de aumentar los precios de la gasolina y esperamos que pronto del ACPM», indicó.
Así las cosas, el exministro mencionó que el reducir la tasa de interés contribuiría a la reactivación de la actividad productiva y a cambiar el rumbo de la dinámica económica, sin perder de vista el control de la inflación.
«La mejor decisión sería reducir la tasa de intervención de política monetaria en 50 puntos, pero al menos iniciar el proceso».
Además, señaló que, considerando que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aún se sitúa en niveles alejados de la meta del 3 % a la que espera llegar el Banco de la República el próximo año y al ritmo de reducción de la inflación, sería importante considerar posponer ese objetivo para 2025.
Tomado de: Portafolio