“Sin seguridad en la frontera no crecerá el comercio con Venezuela”: el duro llamado de exportadores al Gobierno

El presidente de Analdex, Javier Díaz, asegura que hay 14 retenes en donde les cobran a los camiones por pasar, varios de ellos de la Guardia venezolana. Ante esto, empresarios han optado por no exportar.

En esta entrevista, Javier Díaz, quien preside Analdex, el gremio del comercio exterior en Colombia, pone en contexto varias preocupaciones relacionadas con el impacto de la reforma laboral, los problemas para movilizar mercancía en el país y los “peros” de los empresarios para hacer negocios con Venezuela.

A febrero de este año las exportaciones colombianas sumaron US$7.898 millones de acuerdo con el Dane, una disminución de 1,4% en relación con el mismo período de 2022. Dado el duro contexto de inflación y altas tasas de interés, el líder gremial asegura que la apuesta es cerrar 2023 con despachos cercanos a los US$60.000 millones o a los US$57.000 millones del año pasado.

“La estructura de costos, porque la reforma hará más caro el empleo formal y eso puede generar más informalidad. También preocupa la rigidez; uno quiere estabilidad, pero también flexibilidad, poder contratar determinadas operaciones por días u horas, porque así actúan nuestros competidores. Hay oportunidades, por ejemplo, si sale una planta de operación en otro país, eso se puede cubrir temporalmente.

Nos preocupa que la reforma dice que no se puede subcontratar el core del negocio, porque la forma moderna de hacer comercio es diferente; antes se elaboraba el bien de principio a fin y se exportaban bienes finales, pero ahora las cadenas globales de valor tienen eslabones, y cada quien participa como uno, haciendo un pedacito del proceso y contratando otros pedazos. Nos están diciendo que no podemos tercerizar esas operaciones y servicios y eso nos saca del negocio”.

Amcham dice que nos hará menos competitivos frente a otros países de la Alianza del Pacífico.

“Preocupa la productividad laboral. Cuando uno deja de mirar los salarios y se enfoca en la productividad, para lo que hace un trabajador en Estados Unidos, en promedio, aquí se necesitan cuatro; y en agricultura, por ejemplo, se requieren ocho. Entonces uno dice ‘allá pagan salarios más altos, pero es que aquí se tienen que pagar ocho’. Esa incertidumbre está ahí y no se resuelve con la reforma”.

¿Entonces la reforma laboral sería un desestímulo para exportar?

“Como está planteada, sí”.

¿Le harán una propuesta al Gobierno?

“Lo hemos hecho y estamos preparando, a nivel del Consejo Gremial, un documento con las recomendaciones buscando atender lo que quiere la reforma, que es generar más empleo, pero que sea formal y competitivo a nivel internacional”.

¿Comparte las versiones de quienes dicen que esta reforma es un “pliego sindical”?

“Un poco lo que dicen es que muchas de las propuestas están recogiendo sentencias de los tribunales y de los jueces laborales; eso es un tema, pero también hay posibilidades de tener una mejor legislación laboral.

Nos preocupa también, en el plano sindical, que se está planteando que las negociaciones de los pliegos laborales ahora se hagan por ramas industriales, por sindicatos de industrias, y no por los sindicatos de las empresas, porque el tamaño y las condiciones de las compañías no son homogéneas, son diferentes. Entonces se acabaría a los sindicatos de las empresas, los de base, creo que eso no conviene”.

Este inicio de año ha tenido otros hechos relevantes para el sector como el cierre de la vía Panamericana y el paro minero…

“Es muy complicado porque cualquier reivindicación ahora se pretende resolver bloqueando las vías, entonces pone a las empresas en una situación muy difícil. Yo puedo tener un buen producto, precio, calidad, diseño, pero el comprador empieza a percibir que no soy confiable, porque un bloqueo lleva a que no pueda llegar a tiempo al buque y que se vaya sin mercancía. Eso en los mercados internacionales es malísimo.

No se discute si las reivindicaciones que pide una comunidad son válidas o no, pero la manera en que están tratando de resolverlo afecta los derechos de otros y le pedimos al Gobierno que sea estricto en el despeje de las vías y la defensa de los derechos de todos”.

Ahora, hablando de precios, ¿cree que la inflación ya tocó techo?

“Nuestra preocupación es que desde diciembre del año pasado empezamos a ver una caída en la demanda y menos exportaciones. Ese mes esperábamos llegar a los US$60.000 millones (acumulados en el año) en exportaciones totales, pero llegamos a US$57.000 millones, en buena medida porque a final de año la inflación internacional afectó, al igual que las medidas de los bancos, que subieron las tasas de interés. Mucha gente dejó de consumir y nosotros, como país pequeño, dependemos de la dinámica de la demanda internacional.

En el plano interno observamos que los países de la región ya comienzan a controlar la inflación y en Colombia todavía no hemos tocado techo. Si bien los precios de los alimentos empiezan a bajar, siguen siendo muy altos”.

También se ha hablado mucho de la reactivación del comercio con Venezuela. ¿Cuál es la realidad de eso?

“Varios temas ahí me preocupan. Uno, la seguridad y las condiciones del comercio en la frontera, porque lo que recuerdo es que esa mafia que estaba debajo del puente cobrando por pasar por las trochas, ahora está por encima del puente. Se pasa la frontera y en Venezuela hay 14 alcabalas (impuestos) de retenes donde cobran por pasar. Entonces hay afiliados que prefieren no vender allá para no pagar. Mucho de eso es por parte de la Guardia Nacional venezolana.

O se le mete seguridad a eso para normalizar y formalizar el comercio, o no veremos crecimiento. El otro punto es que el PIB de Venezuela entre 2013 y 2021 cayó 75%, es decir, hoy es el 25% de lo que fue”.

Y sobre la recesión que se anticipaba para este año, ¿qué perspectivas tiene?

“Hay noticias buenas, todas las previsiones que decían que podía haber una recesión en Estados Unidos y en Europa han empezado a disminuir. Pero surgen otro nubarrón, que es el tema de los bancos, eso está llevando a la gente a decir ‘ojo que esto puede volver a complicar las cosas y llevar a una recesión de estas economías’. El manejo que le den va a ser fundamental, porque lo peor que puede pasar es un pánico y que la gente empiece a retirar su dinero”.

¿En cuánto calcula que cerrarán las exportaciones este año?

“Creo que vamos a estar por los US$57.000 millones a US$60.000 millones, hay que ver cómo termina el primer semestre en materia de inflación y, por lo tanto, de demanda internacional; se esperaría que el segundo semestre sea mucho más positivo en la medida que los países controlen la inflación y dejen de subir tasas”.

¿Cómo ha sido la relación con el nuevo director de la Dian, Luis Carlos Reyes?

“Tiene una buena intención y su filosofía de la entidad es favorecer el cumplimiento voluntario de las obligaciones. Le dijimos que debe escalarlo a la parte aduanera, porque si alguien hace una operación y se da cuenta de que cometió un error y quiere subsanarlo, va a la Dian, que le permite hacerlo, pero igual le impone la multa y en muchos casos le aprehende la mercancía”.

¿Quiénes se han visto más afectados por los bloqueos en las vías?

“Por ejemplo, hace poco teníamos bloqueada la vía a Buenaventura y si bien por allí salen café, azúcar o carbón, también entra buena parte de las importaciones que requiere el aparato productivo, como materias primas e insumos, y eso no ha podido llegar; al Caribe igual, ¿Cuánto llevamos con ese paro minero en Caucasia? Entonces hay que dar muchas vueltas, con unos costos muy complicados en materia de transporte”.

Tomado de: El Colombiano

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