El dato es menor al 1,3% que estimaba a comienzo de año y además estaría entre los de bajo desempeño de América Latina.
El Banco Mundial presentó las nuevas proyecciones de crecimiento para América Latina y el Caribe, las cuales se ubicaron en una senda negativa, mostrando no solo el enfriamiento, sino también la desaceleración de la economía en toda la región.
“Las proyecciones de crecimiento de América Latina y el Caribe para 2023 han ido bajando progresivamente en los últimos seis meses hasta situarse en 1,4%, con un aumento previsto hasta 2,4% en 2024”, se lee en el reporte del ente multilateral.
Para sus nuevas estimaciones, el Banco Mundial incorporó la reciente oleada de quiebras bancarias en Estados Unidos y Europa, y la incertidumbre adicional en torno a si los países avanzados moderarán las futuras alzas de las tasas de interés, la probabilidad de una recesión en el G7 y la trayectoria de la inflación futura.
Para Colombia se calculó un crecimiento de 1,1%, menor al 1,3% de comienzos del año, y proyectó una variación positiva de 2,8% para 2024 y 2025. “Las peores perspectivas se dan en Chile (-0,7%), Argentina (0%)y Colombia (1,1%), mientras que en el caso de Brasil (0,8%) y México (1,5%) estas se estabilizaron y Perú encabeza la lista con el mayor crecimiento previsto, 2,1%”, agregó el reporte.
A juicio del Banco Mundial son cuatro los factores clave que determinan el comportamiento cada vez más débil de América Latina y el Caribe: Primero, se prevé que las tasas de interés mundiales se mantengan elevadas y sigan creciendo. Si bien la Reserva Federal de EE. UU. desaceleró el ritmo de las subas en las tasas de interés, la falta de avances en términos de inflación, junto con sólidos informes de empleo en febrero, hicieron que las expectativas sean de subas adicionales de las tasas.
Segundo, se prevé que la demanda de los principales destinos de las exportaciones de América Latina siga siendo débil, dado que el crecimiento en el G7 se ve obstaculizado por políticas monetarias contradictorias y shocks energéticos causados por la guerra. Tercero, existe incertidumbre a medida que China se recupera tentativamente del confinamiento por covid-19. Cuarto, la escasez de demanda también llevó a un debilitamiento en los precios de las materias primas.
Un factor adicional analizado es que la mayor incertidumbre geopolítica, el deseo de acercar las cadenas de suministro y la mayor rentabilidad en el G7 alejan los flujos de capital de muchos países en desarrollo, incluida Latinoamérica, con la excepción notable de México.
En cuanto a mercado laboral, el Banco Mundial señaló que Perú, Bolivia, Colombia y Panamá experimentaron las caídas más agudas en el Índice de Calidad del Empleo debido a un empeoramiento de los beneficios y la seguridad laboral. Esto implica que los trabajadores de esos países enfrentan un mayor nivel de vulnerabilidad y están más expuestos ante cualquier shock.
También se advierte que, a nivel país, el esfuerzo de las grandes economías como Brasil, Colombia, México y Perú de alcanzar o bien acercarse a un superávit primario en 2023 será insuficiente para contrarrestar la suba en el pago de los intereses de la creciente deuda pública, resultando en déficits generales relativamente grandes.
Tomado de: El Colombiano