PIB pasaría de 7,5 % en 2022 a 1 % este año. Inversión en infraestructura, recomendada por expertos.
De crecer un 7,5 por ciento en el 2022, la economía colombiana se desaceleraría este 2023 un 0,2 por ciento en el pronóstico más pesimista del Banco de la República y un 1,3 por ciento entre los más optimistas del Banco Mundial.
Si bien el crecimiento del segundo y tercer trimestre del 2022 fue de 12,3 y 7,8 por ciento, para el cuarto solo aumentó un 2,9 por ciento, lo que evidencia el freno que ya está teniendo el país en medio de la alta inflación y del aumento de tasas de interés que están afectando al bolsillo de los consumidores.
“Esta es una señal clara de que estamos frente a un proceso de desaceleración, que podría tener un efecto tanto en el 2023 como en el 2024”, recalcó Bruce Mac Master, presidente de la Andi.
Esta desaceleración también se ve por el lado del gasto, pues si bien el consumo de los hogares creció en todo el año un 9,5 por ciento, en el cuarto trimestre tuvo un frenazo y aumentó un 4,3 por ciento.
Los que más desaceleran
El sector que más ha ralentizado su crecimiento en los últimos 12 meses es el del comercio, transporte y alojamiento. Este ha perdido hasta 15 puntos al pasar de crecer a un ritmo de 26,7 por ciento en el año completo terminado en enero del 2022 a solo 11,6 por ciento en diciembre.
A Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio de los comerciantes Fenalco, le preocupa la tendencia a la baja y pide cautela a la hora de llevar a cabo las reformas. “Las perspectivas de los comerciantes para este año no son alentadoras. Hacemos un llamado al Gobierno y al Congreso para que la reformas pensional, laboral y a la salud sean analizadas y aprobadas con juicio y rigurosidad técnica y económica”, sentenció.
En total, 10 de las 12 ramas que mide el Dane se desaceleraron en los últimos 12 meses (diciembre 2021-diciembre 2022).
La segunda mayor desaceleración es la presentada en la construcción, la cual crecía a un ritmo de 15,8 por ciento en enero del 2022 y bajó a 6,5 por ciento en diciembre. Este sector se empezó a desacelerar desde abril del año pasado y no ha remontado. En total, ha perdido 9,3 puntos en los últimos 12 meses.
Detrás se ubica la industria manufacturera, que de crecer a 18 por ciento fue reduciendo el ritmo de manera paulatina hasta el 10,6 por ciento del último mes del año. Su desaceleración ha sido de 7,3 puntos.
El agro cerró diciembre con una caída de 1,7 por ciento, pero como venía de un crecimiento más pequeño (3 por ciento) su desaceleración no ha sido pronunciada, de 4,7 puntos.
¿Qué se puede hacer?
Los últimos datos revelados por el Dane generan mayores preocupaciones frente a la magnitud que podría tener la desaceleración económica en el país debido a los altos precios y a las tasas de interés. Por ello, es importante poner sobre la mesa qué acciones se podrían llevar a cabo desde ya para poder mitigar el frenazo.
Para José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, es importante que la política pública ayude a mitigar el efecto de la inflación en los hogares más pobres, pero que al mismo tiempo se siga impulsando la creación de empleo formal y que la agenda de reformas sea resultado de un diálogo con el sector privado y la sociedad civil para que no afecte de manera negativa los proyectos de inversión, ni la financiación externa del país.
“Estamos esperando un crecimiento de 1 por ciento. Por el lado de la inversión empresarial también vemos un panorama retador debido a los mayores costos financieros y la incertidumbre relacionada con cambios legales y regulatorios”, opinó.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, señala que buena parte de lo que va a pasar es un ajuste de la demanda agregada y que es posible que la política pública juegue un rol para evitar una desaceleración muy grande y un impacto negativo en materia de empleo.
Sin embargo, piensa que por el lado de la política monetaria no hay espacio porque todavía continuamos con un problema de inflación alta y que tampoco lo hay por el lado del gasto del Gobierno en el sentido de que el déficit se debe ajustar a la baja en este año.
“Tal vez, el candidato natural para poder impulsar la actividad productiva, sobre todo en el corto plazo, son las inversiones en infraestructura y en particular en el sector de la construcción. Ahí jugarían un papel clave las obras civiles”, opinó Mejía.
La proyección de Mauricio Santamaría, presidente del centro de estudios económicos Anif, es que será bastante improbable que este año se supere un crecimiento de entre 1 y 1,5 por ciento, por lo que el frenazo sería bastante duro. Debido a ello, opina que en estos momentos las opciones para el Gobierno, el cual ha venido gastando mucho, son limitadas. Sin embargo, dice que lo que sí se puede hacer es no meterle más problemas al crecimiento.
Dice que el Banco de la República debería seguir aplicando una política monetaria consistente con los niveles de inflación y que el Gobierno de gastar lo que pueda pero teniendo en cuenta que tenemos un déficit fiscal y externo grande, es decir, no hay mucho por gastar. Además, manifiesta que el Gobierno también debería frenar un poco los anuncios en temas como el energético para garantizar inversión.
“La incertidumbre además de reducir la inversión aumenta el costo de la deuda, deprecia la tasa de cambio y todo eso le termina pegando a la inflación, al dólar y al crecimiento”, señaló Santamaría.
Según Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, en el corto plazo hay que entender muy bien qué está pasando en esta coyuntura de inflación y tasas de interés altas. Respecto a la tasa de cambio tan alta, dice que se podrían sustituir bienes externos por domésticos. “Eso refuerza la idea de que al PIB colombiano le vaya mejor, precisamente aprovechando los precios y ayudando a la industria local”, explica.
En el largo plazo señala que lo importante es pensar y planear mejorar la productividad, logrando tener un mayor acercamiento entre ciudades e incrementando las exportaciones, hacer infraestructura es muy importante, ya que eso hará que se mejore la capacidad productiva y así mejoraría el empleo y se crecería mucho más.
Ante esta situación, Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, opina que un hogar o un empresario deben tratar de aprovechar esas mayores tasas con depósitos, inversiones o ahorros. Por el contrario, lo que está buscando la política económica es desincentivar un exceso de consumo, por lo que en estos momentos la toma de créditos es muy elevada.
Tomado de: Portafolio