Informe de CEPAL analiza los efectos de la pandemia y el alza de fletes.
La llegada de la pandemia significó intensos cambios en un corto plazo en la cadena logística marítima contenerizada, con efectos que se sienten hasta hoy y que incluyen nuevas aristas que se desprenden de las repercusiones de un fenómeno que ha ido evolucionando junto con el virus. Precisamente, esos efectos son los que se analizan en detalle en el documento “Informe Portuario 2021: las primeras señales de recuperación en el transporte marítimo internacional vía contenedores de América Latina y el Caribe”, presentado en mayo 2022 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL, al cual Mundo Marítimo tuvo acceso exclusivo, y que busca presentar la evolución y consecuencias del comportamiento del comercio en la región y cómo es que las disrupciones provocadas por el Covid-19 han afectado las importaciones y exportaciones de América Latina y el Caribe.
Recuperación dispareja
Tras analizar los distintos países de la región, tanto en la costa Atlántica como en el Pacífico, el reporte concluye que, aun cuando hay señales de recuperación en toda América Latina y el Caribe, esta no se está dando de manera uniforme. “En términos de comercio, algunas costas todavía no se recuperan a los niveles de 2019”, especifica el documento, cuyos autores son Eliana P. Barleta y Ricardo J. Sánchez, experta en temas marítimos y portuarios, y Jefe de la Unidad de Servicios de Infraestructura (USI) de la CEPAL, respectivamente.
El punto de partida del estudio es la baja en la demanda de bienes de consumo en la región, registrado al inicio de la pandemia, y que se ha prolongado hasta la fecha. Junto con la disminución en el consumo de bienes, también se ha visto una merma en las capacidades industriales de los distintos países, que no cuentan con los insumos necesarios para producir, consumir o reexportar.
Preservar la competencia
“La competencia es el bien a preservar. Por ello, es dable sostener que la existencia de resguardos es más necesaria en un ambiente poco competitivo. El mejor regulador es la competencia, pero mientras ésta no sea suficiente, o existan limitaciones a su funcionamiento, como pareciera ser el caso, un conjunto de reglas permite incentivar un comportamiento socialmente más cercano al óptimo,” es parte de las conclusiones de los datos y tendencias analizadas, que se podrían ver beneficiadas con la existencia de “umbrales máximos de integración de usuarios relevantes, reglas contra la discriminación, incentivos de tiempo de servicio y tiempos de espera”.
Los fletes al alza, que es la principal consecuencia del aumento desmedido de la demanda y la consiguiente escasez de capacidad, se yerguen como el principal problema para las economías más débiles de la región, encareciendo el precio de los bienes de consumo e impactando en el desarrollo industrial y social.
Prioridad en la descarbonización
El documento repara, además, en un aspecto clave a considerar que se refiere a incorporar las variables medioambientales en el sector naviero y en el resto de la cadena de suministro. Las regulaciones que apuntan hacia la reducción de gases de efecto invernadero –descarbonización de la cadena de suministro— están teniendo un impacto cada vez más relevante en la competitividad. No solo las entidades internacionales están subiendo las exigencias ambientales, sino que además los stakeholders de la cadena de suministro –desde los dueños de la carga hasta los usuarios finales— están exigiendo trazabilidad y sostenibilidad ambiental en todo el proceso. Aquellos actores que no cuenten con estas medidas proactivamente aplicadas en sus procedimientos sufrirán en la transición hacia la recuperación, perdiendo competitividad.
Fuente: Mundo Marítimo